San Vicente de la Barquera
08 junio 2009 (lunes)
SANTANDER – SAN VICENTE DE LA BARQUERA (82 Kms)
643 Kms
“…Santillana del Mar, bautizada como la Villa de las tres mentiras; porque ni es Santa, ni llana, ni tiene mar….”
Bueno… otro día que amanece nublado y con viento. A las 7h me presento en el bar a recoger la bicicleta con el consabido desayuno. Agradezco su amabilidad para con la bicicleta y me despido de mis amigos. A Santiago le deseo lo mejor y “BUEN CAMINO”.
Salgo de Santander hacia Queveda, primera etapa de 42 kms. Hasta Puente Arce, el tiempo es malísimo y la vista nada que destacar, los vehículos aparecen de todos lados. La ruta de hoy es toda por asfalto (¡¡nooo…!!). Como puedo con el viento en contra, sería raro, voy avanzando. No veo a ningún peregrino ni bicigrino. Desde Magro el tiempo mejora, sol y viento, éste que no falte. Siento mi cuerpo como se calienta y mis brazos y cara se achicharran hasta Queveda.
Queveda: poca gente, olor a pasto embriaga por su paso.
Me siento fuerte y con ganas de más, por eso sigo ruta, ya veré donde terminaré el día.
Me dirijo a la entrañable y bellísima localidad de Santillana del Mar, bautizada como la Villa de las tres mentiras; porque ni es Santa, ni llana, ni tiene mar.
En Santillana conozco a Iñaki (¡al loro!, madrileño con nombre Vasco). Hablamos un buen rato, va por libre, quiero decir, que no hace el Camino pero sí sigue parte del Camino . Nos veremos más adelante.
Quiero visitar las Cuevas de Altamira, mala suerte, es lunes y esta cerrado. Vuelta atrás.
Una vez visitada la maravillosa Santillana, con constantes sube-baja, paso por localidades como Arroyo, Caborredondo, Cóbreces, Concha y así una veintena de kilómetros hasta Comillas.
Poco antes de llegar, a lo lejos, diviso unas montañas nevadas, son Los Picos de Europa. Comillas te recibe con una gran playa, acantilados, sol, olores a prado y sal. Son las 13h, aprovecho para comer en este lugar idílico y plantearme si quedarme aquí o seguir. La verdad, es temprano, puedo seguir pedaleando. Nada, que decido hacer doce kilómetros más y dormir en San Vicente de la Barquera, que tengo entendido es precioso.
Ya me queda poco, ahí a lo lejos diviso San Vicente, el tiempo es maravilloso. Atravieso el Puente de la Maza, puerta de entrada a San Vicente de la Barquera. Este vado de piedra empezó a construirse a finales del XVI, sobre el anterior de madera. En la Guerra Civil quedó bastante mal trecho y se volvió a reconstruir y ensanchar. Avanzo por él sobre la ría de San Vicente, formada por la desembocadura de los ríos Escudo y Gandarilla.
En la parte más alta, veo unas murallas y la Iglesia de Sta. Mª de los Ángeles, ahí me dirijo. Es donde se encuentra el Albergue El Galeón. Me presento, intención es de seguir hasta Columbres, pero como se pone a llover, decido quedarme.
La hospitalera es simpática y agradable, me enseña las instalaciones. Me sella la credencial y si me quedaré a cenar. –Si es a base de sopa y verduras, no. Si hay algún potaje o carne, sí. Mis esfuerzos de pedaleo, me exigen cenar fuerte. Me promete que quedaré contento.
Me acomodo, bajo visitar la localidad, compro algo de comida para mañana. La cena es bien acogida, somos muchos y quedo satisfecho. Sorpresa: después de la cena, te hace cantar
Después de cenar, último paseo por los alrededores, vista de los Picos de Europa, las rías con la marea baja, etc.
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