31 octubre 2010 Domingo
COVA DE MUNTANYA
Quedamos en volver, instalar una cuerda de vida y bajar en doble, el peligro es muy alto para arriesgarse tontamente. Hoy hemos tenido suerte.
Bueno…..este fin de semana dan lluvia torrencial, relámpagos y no sé qué más. El personal se lo va a pensar muy mucho para salir, pero aquí hay algunos que no nos amedrentamos y quedamos igualmente para realizar alguna actividad. Je… sólo dos nos presentamos, Biel y Rafa, servidor y presente. Y luego un tercero y da gracias.
9h cementerio de Santa María, ahí estoy yo a punto de llegar cuando me telefonea J. Vicente. -Que los de Zaragoza se han echado para atrás y no vamos al torrent de sa Fosca, por dónde estás?.
Al final, Biel y yo bajamos al local que tenemos en Palma y ahí nos vemos los tres, recogemos material para el susodicho y emprendemos carretera hasta Binifaldó. La verdad que pensábamos no habría coches por aquí, pero menuda sorpresa, todo lleno. Hay más valientes por la zona y mira que el cielo está negrísimo y va a caernos una bien grande. Pero las fuerzas de la Naturaleza no acaban por decidirse y nos dan tregua hasta llegar a la boca de la cueva.
Cuatro gotas hacen acto de presencia para molestarnos cuando nos ponemos los monos de faena y los artilugios de la espeleología. Ya listos nos adentramos a una cavidad no muy grande, cada uno investiga por su lado. Hay varios pozos por aquí, tenemos que saber cual de ellos nos interesa descender, uno que llega hasta los -82m En eso estamos cuando vemos uno que tiene buena pinta, hacemos instalación y bajo de primero con la mala fortuna que el agua que chorrea del techo tiene que ser justamente por donde sólo se puede hacer la instalación. Bajando y bajando, empapando y empapando, acabamos los tres en éste reducido pozo, con unos huesos de un animal no identificado. Profundidad -54m. –Bien, uno menos de los tres pozos significativos.
Hay otro más al fondo, hay que pasar por entre una colada y techo bien bajo, apareciendo un pozo bien circular, pero como diviso un murciélago invernando cerca de nosotros, optamos por no molestar (nosotros somos los invitados) y dejarlo para otro día. Entre caos de bloques, formaciones, alguna espectacular, vamos directamente al gran pozo.
El primer salto, nada del otro mundo, tiene el problema que ya tenemos que poner un protector de cuerda y como sabemos que éste pozo tiene mucho roce para su descenso, es necesario suministrar lo mejor posible el utilizarlos. Pero bueno, no queda más remedio. Rampa de unos pocos metros, salto de otros pocos y ya estamos lo que propiamente diríamos la boca del pozarro. Impresiona por sus dimensiones. Encontramos un spit para el anclaje, parece insuficiente por lo que tenemos a nuestros pies.
El terreno es de un conglomerado muy malo, todo a tus pies de desmenuza, caída de piedras casi constante, peligroso de verdad para el sujeto que se encuentre debajo. Voy bajando metros y su forma de panza hace que la cuerda me roce por todo, pero con cuidado voy descendiendo. ¡Ahora, el pánico! Me encuentro en la vertical más absoluta y a un metro y medio bajo mis pies sobresale lo que parece roca madre, lo único seguro de aquí, cuando dudo de seguir y llegar y ver si hay algún spit (¡¡¡ carajo tiene que haber alguno!!!), el miedo ya se a apoderado de mi ser. Y va y escucho a Biel, -que no ver- que me dice que me pare, que la cuerda roza por todos lados, en eso que levanto la vista y más acojone. La cuerda roza en una piedra que cuchilla parece, y yo colgado a unos 70mts de éste impresionante pozo. Si bajo ese metro hasta la repisa, seguro que no lo cuento, aquí colgado me quedo y……. Y nervios controlados, cambio de aparatos, y para arriba muy muy lentamente, una vez superado éste roce –¡¡carajo!!- ¡¡tres más!!.
Ya más seguro, tanteo derecha-izquierda, pero nada se puede hacer, ni desviadores ni fraccionamientos. Asciendo hasta mis amigos. J. Vicente, quiere bajar y mirar y así lo hace, nada, para arriba.
Quedamos en volver, instalar una cuerda de vida y bajar en doble, el peligro es muy alto para arriesgarse tontamente. Hoy hemos tenido suerte.
Prendemos el ascenso. –¿Pero qué es esto? El primer salto me lo han cambiado y mira tu que no han dejado bucle para pasar el fraccionamiento y no tengo manera de colocar la cuerda en el croll ni enganchar el puño. Ahí bajo mío tengo a los fenómenos riéndose de mi. Biel me dice que haga el bucle más largo, pero nada de nada, yo lo paso y ya veréis vosotros, je je.. A Biel también le cuesta y se da cuenta del fallo, pero el cachondeo está servido. El maestro J. Vicente lo pasa en un Santiament.
Hemos terminado temprano y para rizar el rizo, les comento que volveremos por otro lado al coche, que hay otra cueva que quiero encontrar. En medio del encinar, entre torrentitos y matorrales salimos a la carretera. ¡¡Joee… nos zampamos casi 5km de asfalto para volver a los vehículos!! Estos se acordaron de mí y cómo me pitaban los oídos y eso que iba bastante adelantado de ellos. No encontramos la susodicha cueva, pero sí otra muy curiosa con dos entradas que ni los pitufos pasan. Otro día vendremos para topografiarla.
PARA VER LAS Y + FOTOS EN DIAPOS PINCHA AQUÍ