La boca se encuentra a una treintena de metros del suelo, como la escalada es algo peliaguda, optamos por hacerlo mediante la técnica de rappel, para ello, recorremos cientos de metros de la calle o camí 376 que sube al Mirador de Génova, desviándonos en una de las curvas y aproximación al risco. Tras realizar varios destrepes delicados (el terreno está suelto tras el incendio de una década y las piedras no son tan seguras como aparentan), optamos por poner cuerda guía hasta la vertical. De ahí otra tirada hasta la entrada de la cavidad.
Cueva pequeña pero llamativa por los grandes bloques de entrada, puente de roca formado por la disolución de la roca madre y en techo, múltiples formaciones de espeleotemas y en especial los epiacuáticos, en lo más profundo, eso sí, a medida que exploramos el techo es cada vez más bajo hasta hacerse impracticable.
Topografía, ficha técnica, localización y fotos, pincha AQUÍ.