Serra des Cavall Bernat desde dos perspectivas
17 mayo 2009 (domingo)
SERRA DES CAVALL BERNAT
Como suele ser habitual en estas fechas nos disponemos a realizar una de las excursiones más bonitas de la Serra de Tramuntana, aquí en nuestra querida y amada Mallorca. Nos encontramos y hallamos en nuestro local a eso de las 9h, Biel, Pedro y yo, no hace falta madrugar, ya que no es larga, en un par de horas poco más y listo. De aquí partimos hacia Pollença, donde nos reunimos con Marcel. Sin pérdida de tiempo empezamos el ascenso hacia la Serra.
La subida no es pesada, pero el Sol comienza apretar. Pasamos junto a la cueva de Cal Peso (pequeña boca, pero gran cavidad), ya estamos a la mitad de la subida. A medida que avanzamos nos vamos distanciando. Biel de primero sube rapidito, seguido de Pedro y Marcel, el último yo. Filosofía del fotógrafo.
En una hora estamos en lo alto, en la Talaia Vella. La vista es magnífica; La costa Mallorquina, Pollença, Alcúdia y sus bahías, así como el Puig Major y otros picos. Lástima del día que por momentos se nubla y hace que el paisaje se aprecie con neblina. Corre pequeña brisa que és de agradecer.
Ahora lo más interesante; empezamos a recorrer el cresterío. Espacio reducido que hace que Pedro prefiera ir por el interior por tener vértigo, seguido de Marcel. Biel y yo vamos por la cresta estrecha y muchos pasos puntiagudos. Roca lapiaz, cortante.
Se pone interesante al llegar al puente de roca. Aquí, muchos deciden no realizarla. Hay varios pasos posibles, veamos; para los que tienen vértigo o “cangelis”, poco antes de llegar, descienden por la vertiente interior y pasan bastante abajo del puente de roca. Otro paso es llegar y decidir si pasar por la parte interior o exterior, colgado al vacío con cientos de metro de caída libre al mar (la más temida y peligrosa). Luego escalar el puente y pasar al otro lado. Hace falta sangre fría y serenidad.
Biel es la primera vez que la realiza, al ir de primero y solo y no conocer el tema, hace la parte interior y para colmo escucha como los excursionistas que acaban de pasarla, hablan de lo “acojonado” que es el paso. Pedro, seguido por Marcel, el paso de los “cangelis” o vértigo. Al llegar yo, decido por la parte más “chunga”. Escalando la parte exterior, al vacío, el mar bajo mis pies a unos cientos de metros. Adrenalina a tope.
Una vez realizado, Biel y yo seguimos por la cresta, sube que te sube, aquellos dos mantienen altura. Llegamos a lo más alto. Picamos algo y vemos la bajada casi vertical y tortuosa. Ahí abajo vemos a Marcel y a Pedro. Éste nos grita que no hay paso y Biel duda. Le digo que sí hay paso, que tire “pabajo”, que Pedro nunca la ha realizado por su vértigo y desde ahí no se ve sendero ni nada.
A poco llegamos a la Vall de Bóquer. Muchos excursionistas extranjeros y algún que otro de la isla. Pasamos por la posesión y acalorados nos dirigimos al coche. De ahí a Cala San Vicente, a Cala Barques. Nos ponemos cómodos bajo sombra, comemos y el único valiente de nosotros, o esa, Pedro, se pega un chapuzón. Biel a la sombra sin moverse, yo me meto hasta las rodillas unas fotos bajo el agua y listos. Vista preciosa de la Serra del Cavall Bernat, la otra cara.
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