Me tomé unas cañas con Moe y Homer
13 junio 2009 (sábado)
ALMUÑA – LUARCA – La CARIDAD (55kms)
292 Kms
“…Aborrecimiento = cambio de ruta = paseo por la Costa…”
“…me paso por la taberna de Moe…ª
Amanece lluvia y mucha niebla, ya estamos otra vez. Nos desperezamos y desayunamos para reponer fuerzas y estar a tono. El día gris amenaza con una monotonía insultante. Los amigos parten antes que yo. Como voy más rápido, me lo tomo con calma. De aquí a La Caridad, sólo hay 30 kms. Mi etapa de hoy.
Al salir del albergue parto hacia Luarca, quiero ver el puerto con esta niebla y llovizna. Todo muy gris. Veo que se prepara una carrera de 4×4, están en línea con su dorsal y los conductores haciendo los últimos retoques. De aquí hacia Navia. Al pasar por Barayo, veo una indicación de Reserva Natural de Barayo, hacia ahí me dirijo. Cruzo las vías del ferrocarril y encuentro la pista que nos lleva a la playa. Menuda bajada, ¿eso tengo que remontar?. Voy a por ello. Esto implica salirse del Camino oficial. Pero yo soy así, me salgo.
Playa de Barayo, el río Barayo, es el límite natural que desemboca en la playa de Barayo, que divide el Concejo de Navia y el de Valdés. El descender es rápido y algo peligroso, piedras sueltas y surcos, hacen que extreme precaución. Ahí abajo, me siento pequeño, insignificante y es gratificante. Las sensaciones que percibo son indescriptibles. Me doy cuenta que al otro lado de la playa hay un sendero que sube. Por ahí voy con esfuerzo. Llego a otra localidad, la del concejo de Navia, Vigo. Paseo cómodo, con los típicos sube-baja de narices, por Santiago, Vigo, Santa María (escultura lado Iglesia de D. Álvaro Navia Osorio, III Marqués de Marcenado, Puerto de Vega, Soriana, Playa de Frexulfe (parque histórico de Navia), Teifaros, Navia (taberna de Moe), El Espín, Jarrio.
Descenso brutal al pasar por el puente de la ría Navia hasta Jarrio. Paso por la fuente del peregrino, agua fresquita y reanimadora. Ya por senda casi inapreciable por momentos y ya veo la primera Cruz de la Orden de Santiago, fundada en el s XII, para defender a los peregrinos que acudían al sepulcro del Apóstol Santiago
Llego a Cartavio y me paro a comer, son las 15h y tengo hambre leonina. Pocos en el restaurante, así que me lo tomo con tranquilidad. Una vez terminado de hacer el remolón, pocos kilómetros me separan de La Caridad. Pueblo pequeño, pero tengo problemas para encontrar el albergue. Pregunto a la juventud y no sabe nada, cambio de táctica, pregunto a los abuelos y SÍ, saben donde está.
El albergue está situado en el camino viejo del matadero, a la entrada del pueblo. La ría pasa justo por debajo del edificio. Al pasar el puente, a mano izquierda está la calle y al lado una casa de fachada azul. La hospitalera ahí vive, ahí se sella y se paga la voluntad.
-¡Aquí mallorquín!
-¡Estamos aquí Rafa¡
Así oigo unos gritos. Son los peregrinos españoles del anterior albergue. Ya me esperaban, quieren saber como me ha ido el día.
-Pensábamos que vendrías totalmente embarrado, el camino estaba impracticable, nos hemos puestos perdidos. Pero tú estas limpio…
– Cansado de carretera y pocos senderos me fui por la costa. Más kilómetros, mayores desniveles y vistas preciosas… Una pasada.
Puerto de la Vega. Playa Barayo.
Y de ésta manera, nos acomodamos o mejor dicho, me acomodo, ya que ellos están más que listos desde las 13h, ahora son poco más de las 18h. Paseamos por el pueblo, pequeño. Hacemos algo de compra para cenar. Tomamos unas copas y nos divertimos con la italiana que nos acompaña desde ayer. Le hacemos aprender palabras feas y tentadoras, nos reímos mucho.
Estamos en el albergue, aunque chispea, sacamos las mesas y cenamos al aire libre. El interior es amplio, pero tiene muchísima humedad y está casi dejado de la “mano de Dios” y para más… la ría está bajo nuestros pies. A las 23h, propongo que nos acerquemos a la casa azul a que la hospitalera nos selle, dudan por la hora que es, pero me ven tan decidido que me acompañan. ¡Sorpresa! Antes de tocar el timbre la señora nos abre la puerta, agradece nuestro buen humor y se disculpa por no haber pasado. Disculpas aceptadas.
Volvemos a lo nuestro, siguiendo con chistes y palabras obscenas para la italiana, a la 1h de la madrugada decidimos ir a la cama. Mucho albergue para pocos peregrinos.
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