9 enero 2010  (sábado)

NEVADA  Puig des Teix

        ¿No queríamos frío? Pues tenemos toda la tramuntana nevada, los termómetros casi bajo cero, media España colapsada por la nieve e inundaciones de lluvias persistentes. Afortunadamente en  Mallorca no hay muchos destrozos comparados con los de la península, pero los hay.

          Tempranito quedamos Pedro y yo para hacer una de las típicas excursiones de la isla. La Serra des Teix. La cota de nieve es bien baja, por lo que el frío es glacial. Hasta la Serra de na Burguesa, La Comuna de Valldemossa y Bunyola, están nevadas, entre otras.

          Por el cielo tan negro nos da la sensación que no habrá muchos excursionistas, pero el transcurrir de la excursión nos hace ver que estamos equivocados, hay más pateando la montaña que en Valldemossa tomándose un chocolate caliente o café u otra cosa o paseando viendo tiendas, está desértico el pueblo.

          Rompemos rutina de ascenso, lo hacemos por la pista  que pasa por debajo del risco des pas d´en Miquel hasta  el mirador de ses Bassses, en vez de por el pla des Pouet. Es una pista bien tratada por el desuso que en un momento dado se termina y hay que continuar por sendero sinuoso, gracias a las “fitas” podemos orientarnos, la cantidad ingente de nieve caída no permite reconocer el terreno. Una vez llegados, conduzco a Pedro a la Cova de s´Aigo, donde reponemos fuerzas comiendo unos bocadillos y turrón de chocolate que trae el señor. Emprendemos camino encontrándonos a dos “btteros”, pedalear pedalearan poco, la nieve no lo permite.

          Al fondo vemos el Puig des Teix. Cielo negro carbón, ventisca levantando nieve y niebla opaca, aún así decidimos seguir y ascender a él. En lo alto el viento es gélido, rápido pedimos a unos excursionistas que nos hagan la foto, luego despavoridos recorremos cresta hacia el Cami des Caracol, con una ventisca que nos tumba y no nos permite ver por donde vamos. Al llegar a la vaguada entre el Coll de Pastoritx, estamos protegidos hasta el Refugio des Cairats. Luego bajando por la pista medio helada, resbalando alguna que otra vez, llegamos a Valldemossa, donde nos calentamos y reponemos fuerzas en uno de sus baretos.

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