Font des Verger, prospección

IMGP1529

22 – 23  agosto  2009  (sbdo. Dmingo)

FONT DES VERGER

Prospección 

     Un sonido reconocible merodea sobre nuestras cabezas, pero no vemos nada. Estamos algo nerviosos por la odisea de hoy, el cielo está despejado, al fondo vemos la Vall de Sóller, frente nuestra Els Cornalons. 

     El sonido es cada vez más perceptible, más fuerte y… ¡ahí, ahí está!, el helicóptero de la Guardia Civil pasa sobre nuestras cabezas y… pero ¿a dónde va?, se aleja dirección Sóller a los pocos segundo vuelve a nosotros, ascendiendo despacio desde el pueblo pasando por el interior del barranco. Nos aproximamos al punto indicado, una roca inmensa en medio des Verger, área rocosa con mucho desnivel.

     El piloto nos hace señas de que nos alejemos por temor a las hélices y lo que puedan desplazar al estar en un área boscosa y pedregosa.  Una vez reconocido el terreno y el cómo se descargará el material se va a Cúber. Ahí el equipo de buceadores se hace cargo de cargar las botellas de oxígeno, los reguladores, los focos, la cámara de filmar submarina, el lastre, sacas, neoprenos, etc  en definitiva… todo lo necesario para una inmersión.

     Un nutrido grupo de voluntarios espeleólogos profesionales nos damos cita en Biniaraix y con nuestro equipo y buen humor, empezamos el ascenso por el barranco de Biniaraix y luego subida fuerte a es Verger, una hora más tarde llegamos sudados al punto de encuentro e inicio de la aventura que nos espera. Aquí estamos esperando con ansias descargar el material del helicóptero.

     Cuatro viajes son necesarios para descargar todo el material, mientras esperamos a que los buceadores lleguen a nosotros, empezamos a clasificar y distribuir el trabajo. Tres equipos serán necesarios para llegar al sifón Terminal.  Hay que pasar dos sifones, arrastrarse por el torrente subterráneo, llegar a una pequeña cascada, subir por entre un caos de piedras inestable muy estrecho en zig-zag, pequeños remontes y luego descenso barroso hasta la boca del sifón Terminal. Punto final y punto inicial para los buceadores, de aquí han de realizar prospección y topografía, el fin de ésta aventura.

     Toni Croix,  que dirige el cotarro, hace los equipos; el primer equipo que ha de instalar los sifones somos: Nuria, Vicente, Pedro, Merino y yo, el segundo: Biel, Anders y Croix que se encargarán de la instalación final; pequeña escala para acceder a una ventana, en la misma zona del caos de piedras por la que accedemos en zig-zag y el descenso a la boca del sifón Terminal. El tercero: aproximar el material, todos.

     Somos muchos, unos 16 espeleólogos, por lo que me es difícil nombrar a todos.

     Bien, la aventura empieza. Nos adentramos en la fuente, nivel bajo de agua, pero aún así tenemos que pasar los sifones. Primer intento, primer percance. Anders intenta pasar el primer sifón, en medio una pequeñísima oquedad, permite sacar la nariz y respirar, una vez que la supera, me meto yo y al momento siento como vuelve atrás a buscar oxígeno, cojo oxígeno rápido para retroceder, pero ya es tarde me pega con el casco, me sumerjo y salgo como puedo y él como puede intenta no atragantarse en ese pequeña cámara. Susto y risas contenidas. El agua está turbia y no se ve nada, una mala orientación casi causa disgusto.

     Hay que tomárselo con calma y con sentido común. Se intenta de nuevo y se lleva una cuerda guía. La cual se dejará fija. Aunque el sifón  es de un metro y medio aporx. parte del personal ya está agüitonado y si encima el agua está turbia y congelada… En este momento estamos Vicente, Nuria, Pedro, Merino, Anders, Croix, Luque, María y otros… 

     Croix, Biel y Anders pasan, y siguen hacia delante, ya montarán el segundo sifón. Pasamos Nuria, Pedro y yo, hacemos instalación con polea y un cordino para pasar las botellas y todo lo necesario. Con señas ya preestablecidas desde el otro lado nos van pasando material, arduo, tedioso y muy pesado, las botellas de oxígeno pesan unos 21 kls, hay que pasarlas por el sifón cargarlas y llevarlas al otro lado de la cavidad, luego remontarlo todo hasta el segundo sifón, con las múltiples sacas que las acompañan.

     Ahí en el inicio, están Luque, Merino y Vicente, intentando quitar las piedras del fondo por donde se va el agua, se cargan una maceta de picar, pero el resultado es asombroso, al vaciar un poco el fondo, el nivel del agua desciende, un palmo más bajo y ya tienen un nuevo acceso sin sifón. Alegrías, gritos eufóricos, el resto de personal ya no pasará por donde nosotros. Aún así seguimos entrando material. Uno a cada lado del sifón dentro del agua helándonos y otro en medio impidiendo que se quede encasquillado bajo el agua.

     Nada bueno para mi espalda, agua congelada y el peso de las botellas, sácalas del agua, levántalas y llévalas al otro lado de la pequeña cavidad, luego me pasará factura y eso que sólo es el inicio.

     Ahora ya sin temor del sifón, el resto va entrando, empieza una cadena humana que transporta todo el material al segundo sifón, es más tarde de lo que parece, son las 14h y sin comer. No sé como pero nos quedamos pocos. Éste sifón parece más largo, lo intento varias veces pero no hay manera, llega Vicens, como tiene más experiencia y lleva una buena careta lo intenta, es un fenómeno. Luego Pedro. Quedamos Vicente y yo, el resto del personal ha salido a comer. (Se establecieron turnos de trabajo y de vigilancia). Le digo a Vicente que si no hago la señal con la cuerda guía estire brazo bajo el agua a ver si me he quedo atrapado. Varios intentos y lo consigo. Acojonadito me quedé.

     Emerjo y no veo a nadie, estoy más solo que la una. Aquellos dos siguieron adelante. Así que hago lo propio. Galería de reducidas dimensiones en ascenso, con el agua cayendo de frente. Algo sorprendente, veo dos señales de explosivos, la marca de dos barrenos.

     Sensación indescriptible el estar sólo en éste paraje natural. Al poco llego donde Pedro y Vicens. Frente mío una pequeña cascada que cae por un tubo natural, a mi derecha una galería ascendente ancha, donde están ellos, encima suyo otras galerías casi verticales, veo la cuerda por donde subió el equipo de instalación del sifón Terminal, con una previa escalada peliaguda por su peligrosidad. A la izquierda de la cascada, un caos de piedras inestables, por donde se supone está el paso para no tener que ascender por la cuerda. Practico el paso, estrecho, en zig-zag, retorciendo el cuerpo para subir. En un momento dado no puedo continuar, retrocedo y vuelvo donde la cascada. Comunico lo visto, decidimos esperar un poco por si vuelve el equipo, no es así, por lo que tomamos la decisión de regresar.

     Al llegar al segundo sifón, encontramos a toda la peña, están intentando lo mismo que en el primer sifón, quitando piedras del fondo y picando las más grandes, de ésta manera, consiguen que el sifón no sea tal. A esto que decido salir a comer, Pedro y Vicente, fuerte ellos se quedan. Al poco deciden salir. Todos ellos consiguen llevar el material  al sifón Terminal, dos hora de arduo trabajo

     Afuera quedamos unos pocos; Vicens, María, Nuria, Miguel Trías y otros tantos.  Comemos algo y estamos de cháchara. No mucho más tarde Nuria y yo volvemos a entrar, ella tiene que regresar hoy a Palma y quiera llegar al final, así que, la acompaño. Encontramos a unos que salen, cambio de turno, les pregunto por donde han subido   -Por el paso del caos de piedras, estaba bloqueado y lo hemos desobstruido. –Ok, vamos Nuria.  Pasamos sifones y luego galería del torrente subterráneo hasta la cascada. Subimos por el paso estrecho, ascendemos por la cueva y llegamos a la boca del sifón Terminal, con un pequeño descenso lleno de barro, quedando los pies pegados al suelo. Ahí están todos. Los buceadores preparando su equipo, que lleva casi una hora, el resto miramos y hablamos.

     Son las  20h, no tendría que hacer guardia hasta las 22h, pero con lo de Nuria, hago doble turno, que pasa rapidísimo. Con Luque, voy pasando las botellas a los buceadores, que uno a uno van bajando por la “electro” al pozo, se les pasa sus cuatro botellas de oxígeno, los focos y cámara de filmación. Requiere paciencia, lleva su tiempo y el barro no permite moverse con facilidad, los pies se hunden y se pegan en el barro lo mismo ocurre con las botellas, el terreno es en pendiente negativa, lo que dificulta el trabajo. Mis chancletas se rompen. Al levantar el pie, quedan pegadas y las costuras ras… se parten. Hay problemas de visibilidad y más aún, de flotabilidad, no olvidemos que es agua dulce.   Son las 22h, los que están se quedan, Nuria y yo decidimos volver al campamento. Salgo como puedo, ya que, vuelvo descalzo prácticamente, sólo con los escarpines, tan finos que noto el filo de la roca en la planta de mis pies.

     Con el resto del personal nos disponemos a cenar algo, La noche es fantástica, despejada, se ven las estrellas y no hace nada de frío. Los turnos de vigilancia van sucediendo.

     Llega la hora, son la una de la mañana, no se puede seguir con la exploración, la visibilidad es nula y la flotabilidad un gran problema. Todo el grupo de espeleólogos voluntarios que nos presentamos, hemos de participar en sacar todo el material entrado. Esto lleva unas tres horas. A las cuatro de la maña se da por terminada la osadía, mañana, dentro de unas horas… un poco más.

     Una vez todo fuera, nos desprendemos del neopreno y cenamos, comentando lo más destacado, unos ya están tirados al suelo durmiendo, otros cenando. Y así, poco a poco todos caemos rendidos y dormimos bajo las estrellas, no hay sitio plano, así que cada uno se pone donde puede, algo plano habrá por algún sitio.

     Me despierto a las 6h, he dormido sin saco. Me cuesta desperezarme. Vamos levantándonos uno tras otro, preparamos desayuno. Recogemos los trastos y colocamos el material en el punto acordado con la Guardia Civil. Pasarán el lunes temprano y se lo llevarán.

     Nos vamos despidiendo a medida que cada uno está listo. Los que no se quedan a la comida de grupo se van a sus quehaceres o compromisos.

     Me voy con Pedro a nadar un poco a las rocas del Puerto de Sóller, el día es fantástico, así nos despejamos un poco y después a tomar el mejor helado de Mallorca al pueblo y a su casa a comer, que para eso tiene una madre magnífica cocinera, total un “finde” completo.

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Una respuesta a Font des Verger, prospección

  1. Andreu dijo:

    Tot un espectacle, enveja sana me feis…qui poques anarí…
    Gracis per mostraró…sa foto de sa «xancla espenyada» tot un missatge…jejeje

    Me gusta

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