2 octubre 2011 domingo
Punta de la Salada – La Tronera
Cova de l ´Aragonès
Punta de la Salada–La Tronera es la proa de la Serra del Cavall Bernat, ampliamente conocida por los excursionistas de la Isla. Ésta Sierra que se encuentra entre Cala de Sant Viçens y Cala Bóquer, es perfectamente practicable por su cresterío, la misma termina en unos acantilados de más de 200m de altura. A su fin se encuentra la Cova de l´Aragonès, por la que se accede mediante un “rappel”.
Hay que llegar hasta la cala, seguir unos puntos rojos a ras de mar y luego las fitas que te van elevando hasta la cota 200m sobre el nivel del mar y luego seguirlas sin problema de pérdida.
Andamos sobre pedregal, roca caliza, conglomerado y excesiva inclinación, Pasamos a los pies de unas grandes Balmas. A medida que nos acercamos a la punta el paso es más estrecho y de pendiente más fuerte. A punto de llegar nos reciben unas barras de hierro de metro con ojo, igual que las agujas de coser, por la cual en su momento estaban unidas por una maroma.
Antes de empezar a bajar, decidimos comer y cambiarnos. Nos ponemos el equipo de progresión vertical. Voy de primero montando el pasamanos. Al llegar al punto de mayor verticalidad, es dónde se encuentra el paso de bajada a la base del risco, por el cual se accede a la cova de l ´Aragonés. Así pues, en éste punto, Marcos baja de primero el tramo en cuestión. Le sigo yo y mientras montamos la otra cuerda Félix se prepara para llegar a nosotros. Montamos la vertical, unos 30m aproximadamente. La cuerda roza por muchos sitios, pero llevamos protectores a patadas. Nada más empezar el descenso hemos de poner tres protectores, la roca es cortante. Más abajo, dos más, uno por una arista que sobresale y otro por una de las barras, que nos conduce cómo bajar.
Esto lleva su trabajo aunque al principio no lo parece. Una vez superado el descenso, nos tomamos un refrigerio y emprendemos el arduo pero corto ascenso al interior de la gran boca que se nos presenta delante.
Boca amplísima, con suelo en pendiente pronunciada. A lo alto, unas formaciones curiosas y poca cosa más. Eso sí, somos recibidos por un bloque inmenso y casi en el centro, que parece un estrado o escenario de reyes.
Hace mucho calor, parece verano y el retorno es cansino. Ascender por la cuerda y recogerla, se hace algo pesado, pero por el calor reinante, nos queda poco agua. Nos quitamos los trastos, recogemos y empaquetamos todo y el retorno a la cala. Ahí, sin pensármelo dos veces, me desnudo y al agua. El agua está cristalina, estupenda, me pego unas brazadas.
Y sin más demora, al coche, con un último remonte sobre un sol de justicia que nos tiene la cabeza chamuscada.
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joooooooooooo yo queria irrrrrr todo por no quedarme quieto en casa el sabado weno que le vamos hacer no me se estar quieto jejejejeje
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