11/10/2008 (Sábado)
ANDORRA – VÍAS FERRATAS – ANDORRA
Da gusto levantarse a las 7h de la mañana. Preparar un buen desayuno, sabiendo que patear… patearemos lo justo. Cerca de aquí hay dos vías ferratas, perfectas para que Mariana coja el gustillo y la práctica, aunque no es difícil, como todas las cosas tienen su grado de dificultad, estas son las más sencillas y sabrá qué tal le va este deporte, si le gusta.
Hacemos dos vías; La Ferrata de La Creu de Noral y de Segudet, se encuentran en el circuito de aventura vertical de Ordina. Hay que andar sólo cinco minutos para llegar, fantástico!!!
La primera de ellas, tiene su parte vertical, su parte horizontal, o pasamanos, desplome sencillísimo y algo más. Subo de primero, seguido de Mariana y protegida por Pedro. Todo sale bien.
En la segunda opto para que Mariana sea la primera, luego Pedro y yo el último. En ésta, es posible que en un paso, vertical y puntiagudo, Mariana lo pasa mal, pero Pedro la aconseja y yo, detrás observo sin decir ni pío. Esta opción la escojo, para que ella no le tenga miedo, sepa como desenvolverse y sienta la adrenalina. Sé que esta ferrata es corta y sin dificultad, por eso lo hago.
En dos horitas estamos listos, la cosa ha ido bien. Nos dirigimos a Grandvalira (sector Grau Roig), estación de esquí al noreste de Andorra.
Dejamos el coche y a lo lejos vemos un pico, el Bony d´Envalira. 1h de ascenso por pista y rodeo del pico, llegamos a un gran clot (Clot de la Menera). Vemos un gran caos de bloque, una inmensa “rossaguera”, por la cual hemos de ascender. Aquí otro cambio de impresiones en cuanto a localización, Pedro y Marina por un lado, yo por otro. Encuentro el paso, pego el grito “Prria!!, Prria!!”, me contestan y tardarán un poco en llegar a mi.
Sorpresa, Mariana decide volver, nos esperará por ahí abajo, Pedro y yo seguimos ascendiendo y encontramos la vía, señalizada con dos balizas anaranjadas. Y a una pareja. Nos saludamos y les dejamos pasar. Empieza la aventura.
Vía que requiere técnica, conocimiento de escalada, oposición en roca, flexibilidad, resistencia física y algo más. Así, ascendemos los dos, con muchas ganas y en el fondo alegrándonos que Mariana no viniese (lo hubiese pasado mal de verdad). Es una vía clase “D”. Nos entretenemos haciendo fotos, en hora y media hacemos cima. Ya lo de siempre, que decir de las vistas. Emprendemos el descenso por la otra cara. A lo lejos vemos a Mariana, nos espera en el valle. Una vez juntos, al coche y le contamos nuestra experiencia. Ha sido genial, ferrata que te da trabajo.
Es temprano, cerca de las 17h, pero un poco tarde para otra ferrata. Aún así les digo que me dejen hacer otra, aunque sea solo. Ya que está al lado mismo de la carretera y Pedro ya la hizo en otra ocasión, sabe lo que se tarda y como es.
Es la Vía ferrata Canal del Grau
Me da cuatro explicaciones y con Mariana me acompañan al inicio de la misma, son quince minutos de duro ascenso por la montaña. No parece gran cosa la vía y el recorrido corto, pero engaña. También de dificultad “D”. Empiezo a hacerla, sus pasamanos tiene su cosa, hay que pasar por dos puentes, los agarres están más separados y son más estrechos, teniendo que ponerme las pilas en escalada y oposición, con desplome incluido. Voy haciendo fotos y durante todo el trayecto veo a Mariana y Pedro como están observando mi ascenso.
Que diferente es hacer una vía solo. La sensación de soledad y los miedos se hacen más patentes, teniendo que enterrarlos. No es lo mismo que con un compañero, no te sientes tan solo y parece que estas más seguro, aunque, cada uno se cuida de sí mismo. Después de una hora, subiendo y bajando y pasando puentes, termino el periplo. Me junto con mis amigos y ya doy por terminado el día. Y damos por terminada la salida a los Pirineos.
Volvemos a nuestra casita, cenamos, preparamos las mochilas y listos para madrugar. Estoy tan cansado que con la luz encendida y con Pedro preparando sus cosas (que es tarde ya, señor), me quedo dormido.