28 noviembre 2010 Domingo

COLLET  DE SES EGOS 

S´ESQUENA DES ASES

Después de mucho tiempo ya estamos de vuelta a nuestras aventuras de investigación, sufrimiento y agotamiento, pero la exploración será fructífera. Entre un cojo, yo mismo, una que hace muchísimo no patea y viene engañada, Mariana y el que engaña y sufre del sobreesfuerzo, Pedro, emprenderemos una aventura como las de antes.

Cada vez empezamos más tarde los pateos, pero son más intensos, entre que nos recogemos y llegamos al sitio, ya nos ves a las 10h en la Finca Pública de Galatzó. Pedro quiere reconocer un área ya explorada por él pero sin terminar. Y como he dicho en la cabecera, yo medio cojo y Mariana fría en estas lides, Pedro anda feliz explicándonos como le fue la anterior vez. A todo esto que no le creemos nada de eso que será fácil, estamos envueltos en la manta helada de la mañana y sobre nuestras cabezas nubes no muy halagüeñas. Somos advertidos por dos operarios de la posibilidad de lluvia, pero vamos preparados respondemos.

Pista hacia S´Esclop, laaarga, hasta llegar al desvío de Naveta de ses Sinies, pasado el Pou del mismo nombre. De aquí vemos ya por donde deberemos subir, la cosa pinta chunga. Pedro comenta que encontró un camino empedrado, bueno, restos de camino empedrado, y es seguirlo nuestra misión.  De frente tenemos el torrente que se encuentra entre la Coma des Voltors y s´Esquena des Ases.

Tomamos el sendero y en diagonal y entre arbustos (ya empezamos) comenzamos el ascenso como mejor se puede. A no mucho caminar, vemos el empedrado comentado por Pedro y lo seguimos, arriba, arriba y arriba, hace calor y frío a la vez, no sé que le pasa a Mariana que se rasca la cabeza bajo el gorro de lana. No sabes si ir descubierto del calor o seguir tapado por el aire gélido.

Mi pierna siente el esfuerzo de la presión al estar ya medio escalando, Mariana ya siente el haber venido porque el amigo la ha  engañado, pero sigue subiendo, Pedro delante de los dos pisando fuerte entre la roca lapiaz y monte bajo.

Naa… voy de último y aprovecho para acercarme al acantilado del torrente y mirar una cueva, ella descansa  y bebe un poco y Pedro, ahí en lo alto da le que te da le. ¿Dónde está el camino? Ha desaparecido, pero por aquí es imposible que esté, es demasiado vertical y tenemos dos cortados a nuestra vera. Estamos casi en lo alto de la cima, de frente una atalaya no nos permite continuar, ni ganas dice Marina, está “fet pols”, comento con Pedro la jugada de cómo continuar, es peligroso pero factible, no coincidimos. -Bajamos por aquí y subimos por ahí. -No sabemos si detrás se podrá ascender. -Nos arriesgamos

Cuando la cosa ya está casi decidida me suelta que ya está OUT, reserva a cero, anda tus… Mariana contenta. Hacemos fotos y con cuidado bajamos, un tropiezo y la piel a tiras nos tendrán que recoger. No entendemos cómo el camino se termina sin más. También pensamos que de esto hace muchísimos años y ha saber. Los restos son mínimos por lo tanto lo que no vemos o no está, igual ya no existe por abandono. 

Nos hacemos un largo de manteniendo altura para aproximarnos a una cueva al otro lado del torrente, pero la sorpresa viene al ver que tenemos que llegar hasta la base del mismo y eso ya está fuera de nuestras expectativas, ha salido el sol, estamos cansados, sin más nos tumbamos sobre losa de piedra y hablando nos quedamos tomando los rayos del sol. Lo bueno dura poco, adiós calorcito. Pereza gorda tener que lidiar entre los arbustos y piedras ocultas, al final salimos al camino principal. 

De vuelta al coche vemos a familias con los peques por la finca correteando y metiéndose en los cubos de basura (esto es verdad). Se ha despejado un poco la tarde y creemos que por ser la primera salida (¿salvaje?)después de mucho tiempo nos toca ir al bar del pueblo a tomarnos algo, cualquier excusa es buena.

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