Con Luigi Cianti, ex millonario italiano, ¿por una buena causa?
15 junio 2009 (lunes)
LOURENZÁ – ABADÍN – VILLALBA (50 Kms)
173 Kms
“…Es como una mula tozuda. La empujo, pero el que se mueve soy yo, mis pies se hunden y voy retrocediendo, ella ni se mueve, de hecho, cada vez, se hunde un poco más…”
“Conozco a …LUIGI CIANTI, un ex millonario que donó su fortuna a una congregación religiosa…”
El albergue es tan cuco que los peregrinos se sienten cómodos y por eso se levantan tarde, sobre las 8h comienzan a desperezarse. Además para variar está lloviendo, haciendo frío y mucha niebla. Como el que no quiere la cosa, salgo el último para variar, hago lo de costumbre, colocar un poco las cosas del albergue y cerrar.
Busco panadería abierta, no abren hasta las 9:30h, qué rollo, me queda media hora y no me apetece estar esperando, mal vamos. Me meto en un bar y le pido un gran bocadillo de queso con tomate, aceite, etc, etc… mira por donde ahí están parte de los peregrinos, desayunando, claro con éste tiempo creo que tomarán el autobús.
Una vez terminado de desayunar, listo para emprender otra subida en frío con lluvia y buena cuesta. No veo a nadie, los primeros que partieron ¿por dónde andarán?
Hasta Mondoñedo son cerca de 10 kms por monte y 8 kms por carretera. Como mi propósito es hacer la ruta por donde manda el Camino, ya se lo que me voy a encontrar, por lo tanto acepto el sufrimiento. Los senderos están llenos de hierbajos y muchísimo barro y arroyos que cruzan el camino. Los 35 kilos que arrastro se me hunden en el barro, teniendo que empaparme las zapatillas, atravesando los calcetines y llegando a mis pies, los cuales ya están fríos, así estarán hasta el final de la jornada.
El pedaleo es casi imposible, teniendo que bajarme e intentar empujarla. Es como una mula tozuda. La empujo, pero el que se mueve soy yo, mis pies se hunden y voy retrocediendo, ella ni se mueve, de hecho, cada vez, se hunde un poco más.
Casi hora y media para llegar a Mondoñedo. Embarrado y hambriento recorro localidad y paro en un supermercado. En ese momento aparece una pareja peregrina. Él, según dice es Luigi Cianti, un ex millonario que donó su fortuna a una congregación religiosa, ella, Pilar Capdevilla, su compañera. Así, me abordan y ella, que lleva la voz cantante, me desborda con sus palabras, contándome la vida de su compañero. Me sacan artículo de prensa. Me piden algo y ese algo les doy. Qué va ha sacar un libro en unos días, que espera una llamada del padre de Bustamante, para una sesión de masaje¿? y que van a San Vicente de la Barquera, les digo que dormí ahí y tienen para unos días. -Vamos en autobús, dice ella?¿ -Ah, respondo.
Ya con la historia y comido algo, estoy preparado moral y mentalmente, para la durísima subida que me queda hasta Abadín, pasando por Lousada y por Gontán. Hasta Lousada, primero por carretera entre bosque de castaños, robles y eucaliptus. Unos 8 kms. Una eternidad. Luego, a Gontán, por pista más pronunciada si cabe. El arrastre de la bici es insoportable, el agua, la humedad y el sudor… desagradable. Tomo un refresco en Gontán, paso por el albergue, nuevo, y sello. Comeré en Abadín, ya me queda poco. Cuando llego son las 13:30h, tomo una barrita energética y continúo.
Pregunto por donde ir y no me contesta. ¿A qué será debido?
20 kms me separan de Villalba, donde será mi fin de etapa. Ruta con menos ascenso y un descenso rápido hasta Martiñán, pequeña subida a Góritz , sello en albergue, y descenso hasta Villalba.
Estoy en la Terra Chá, una comarca lucense que, como su nombre gallego indica, se caracteriza por un trazado llano repleto de prados y pastizale
Así que, por camino frondoso voy devorando kilómetros, cada vez con más hambre, pero al disfrutar me aguanto. Aquí si se han buscado por donde hacer el Camino, evitando carretera, que aunque está a decenas de metros, se agradece su “lejanía”. Y todo bien marcado, lo contrario que en el País Vasco, Cantabria y parte de Asturias.
A las 15:30h me presento en Villalba, directo al albergue, feo de narices, Tendrían que psicoanalizar al que diseñó y sobre todo escogió el color, no hay peregrino que no diga lo mismo y dejado notas. Veo a los madrileños en su caravana y sus mujeres dentro del albergue aseándose. Con una de ellas estoy un buen rato hablando, de cómo me ha ido a mí y a sus hombres.
-¿Sellar?, a las 20h pasarán por aquí los de protección civil-bomberos. Dejo credencial y los 3€, en la recepción (no hay nadie) por si pasan y no estoy.
Lavo ropa, a cenar, a leer un poco y a dormir, mañana será otro día, ya comienzo a ver el final del Camino.
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